La CGT opina que para terminar con las guerras, se debe luchar contra todos los elementos sobre los que se sustentan: los ejércitos, la industria militar y la investigación militar. Todos ellos se financian con los impuestos de la población.
La Objeción Fiscal al Gasto Militar es una forma de Desobediencia Civil que consiste en desviar una parte del dinero de los impuestos a proyectos sociales que se consideren más justos. No es una forma de ahorrar en impuestos, sino de negar recursos al militarismo a la vez que se apoyan proyectos pacíficos. Con ello, se contribuye a avanzar hacia una sociedad equitativa y en la que los conflictos se resuelvan sin recurrir a ningún tipo de violencia.
La CGT propone el destino de los ingresos de 2013 a dos proyectos sociales: “La Colmena: una utopía en construcción”. Un Centro social autogestionario, un espacio donde se realizan actividades en las que subyace el carácter colectivo, público y de transformación social en Béjar (Salamanca) y las Juntas del Buen Gobierno de las Comunidades Zapatistas de Chiapas (México). Una forma transgresora y sencilla de hacer política en manos de toda la sociedad.
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